1. AR. vulg. coloq. desp. fam. Su uso deriva de una invectiva originada en Paraguay dedicada a los hablantes monolingües del guaraní. Representaba un disvalor y por lo tanto una marca de inferiroridad ante la lengua de privilegio que constituía el español. Su uso luego se semantizó como grosero, malhablado o falto de gracia.
No para de decir guarangadas.