1. AR. vulg. hamp. pol. Así se le llama al comisario, aunque no porque sus subordinados hagan rudo con los tacos al ponerse firmes. A principios del siglo XX era el único que a los compadritos que eran detenidos les rompía un taco de sus zapatos para que caminen rengos y así fuesen reconocidos en la vía pública.
Ojo Camilo, te cacha el taquero y te deja rengo.